El director, de 38 años, está perfeccionando su oficio con películas de arte estilizadas como la de terror «La bruja», por la que Eggers ganó al mejor director en el Festival de Cine de Sundance.
Y «El faro» en blanco y negro, protagonizado por Robert Pattinson y William Dafoe.
Éste es el momento de inflexión en el que un director independiente cede a la presión para hacer una película de superhéroes o pasa a un servicio de streaming en busca de una mayor autonomía en la producción.
En su lugar, Eggers puso «Northman», una historia vikinga de 70 millones de dólares que se estrenó en los cines el viernes.
El príncipe Amelith (Alexander Skarsgard), un hábil espadachín, observa cómo su tío (Ethan Hawke) asesina a su padre (Ethan Hawke) y después lleva a su madre (Nicole Kidman) a un pequeño pueblo de Islandia.
La historia es menos compleja
La historia es menos compleja que en las anteriores películas de Eggers, pero esto no significa que la realización de la película sea menos impresionante.
Hacer The Northman no fue una brisa, con las disputas del director con la productora New Regency por la libertad creativa y la dificultad de coordinar un combate masivo al aire libre.
La película estaba preparada para empezar a rodarse en marzo del 2020, pero la epidemia retrasó el calendario unos meses.
¿Podemos considerar que Robert Eggers es una especie extinguida?
Efectivamente, gente como Robert Egger sigue el camino del dinosaurio. Para realizar historias significativas, es uno de los últimos directores dispuestos a correr riesgos.
Aunque Hollywood se ha centrado cada vez más en producir superproducciones previsibles a expensas de la creación cinematográfica innovadora, Eggers se ha mantenido fiel a su visión y ha creado películas innovadoras.
Con novelas como La bruja y El faro, Eggers ha demostrado que no tiene miedo a probar cosas nuevas, que es una calidad que me gusta mucho.
Eggers es un soplo de aire fresco en una industria cada vez más rancio, y se necesitan más cineastas con su sensibilidad.
Conclusión
En su primer largometraje, el gran éxito de Sundance The Witch (que costó 4 millones de dólares), Robert Eggers grabó un conflicto humano entre el puritanismo y el ocultismo en la Nueva Inglaterra del siglo XVII, utilizando sólo el inglés moderno.
Una pesadilla de supervivencia surrealista impregnada de sal marina y lenguaje marítimo, The Lighthouse mezcla masculinidad tóxica, bromas de pedos y golpes de pulpo.
Éste es el tipo de realización de cine que inspira cultos de autor, pero normalmente no consigue que los estudios de Hollywood entreguen un montón de efectivo para un éxito masivo.